miércoles, 18 de julio de 2007

Capitulo V

Después de aquella pesadila, Kei no logró conciliar el sueño nuevamente, múltiples ideas le revolvían la mente, empezando por aquel curioso objeto metálico que lo había "seguido" a casa. Tenía unas inscripciones extrañas, que le recordaron a los alhajeros encriptados que se usaban en el siglo XVII, pero estas marcas eran un poco diferentes, como grabadas en una fragua paleolítica... sin embargo parecía un solido compacto, sin ranuras.


Lo observó con detención, le pareció, por un momento, que le devolvía la mirada. Pero eso era imposible, un objeto inanimado...


- Kei, Kei! ¡Despierta! - su hermana entra a la pieza sorpresivamente, sacándolo de sus divagues. Aprovecha, en un intento vano, de esconder la pieza bajo la almohada, para evitar la curiosidad de Nanase.


- ¿Qué ocurre?, ¿Le pasó algo a mamá? - pregunta preocupado.


- No, tranquilo - le dice ella, sentándose al borde de la cama - Solo quiere hablar contigo.




Se apresuró a la habitación donde yacía su enferma madre con muchas ideas en la cabeza. Su madre siempre prefería hablar en familia, los tres, pero esta vez le había llamado a el solo. Algo andaba diferente, pero no se atrevía a aventurarse con ideas nuevas. Golpeó una vez antes de entrar.




- ¿Puedo? - pregunta, innecesariamente.




- Claro, hijo. Tu cortesía es demasiada, soy tu madre, recuerdas?



Sonríen.




Conversaron pausadamente un largo rato, interrumpido solo por las roncas toses de la madre. Ella parecía resignada a un final inminente, lo que el chico notó a su pesar. Parecía querer despedirse de su hijo. Le miraba sonriente, pero plácida. Kei, con un llanto contenido, le preguntó si había algo que pudiera hacer para aliviarla, a lo cual ella guarda silencio.




- Hijo, hay algo que quizás debí decirte antes. Cuando tu naciste, tu padre y yo estábamos en grandes apuros económicos, allá en oriente y tuvimos algunos aprietos. Debido a que tu salud peligraba, decidimos venirnos a Chile...

Mientras tanto, en la habitación del chico, Nanase había descubierto, bajo la almohada, el curioso objeto que vió la noche anterior, lo examinó entre sus manitas, mirándolo fijamente, no sabía por qué a su hermano le intrigaba tanto esa simple pieza metálica. "¿Qué es lo que quieres de nosotros?", le preguntó, pero luego, asustada, volvió a guardar silencio, mirando celosamente a su alrededor, como si la pudiesen estar observando.

- Pero antes de venirnos a este lugar, justo el día en que tomaríamos el vuelo hacia Chile, en un mercado, un anciano (déjame recalcar, que en condiciones muy extrañas), nos intercambió un objeto muy valioso por el viejo chal raído de tu padre - la mujer observó su reacción cuidadosamente, y volvió a toser - Era un alijo con incrustaciones de oro, cerrado.

- ¿Y que pasó con él y con el anciano? -increpó el muchacho, era la primera vez que su madre le hablaba de esa forma y la siuación le intrigaba bastante.

- Jamás supimos nada de él. La joya, la conservamos, varias veces tentados de venderla para obtener algo de comida o abrigo, pero conservándola, solo por el sutil sentimiento de que algún día sería una herencia para ustedes.

En la habitación contigua, la pequeña, se acostó en la cama de espaldas y comenzó a girar el objeto con su dedo índice lentamente, como buscando una abertura o algún indicio que le permitiera adentrarse en los misterios de la delicada pieza, como sentía que ésta indagaba en ella.

- Pero esto... por qué me lo cuentas ahora?

- Porque creo que es hora que tomes una decisión, Kei, cariño. - le acaricia el rostro. Aquella pieza, la guardamos todos estos años, y aunque lo intentamos, jamás pudimos abrirla - tose - Es tuya y de Nanase, está en el velador.

Obediente, sacó el alijo y cuando intentó apoyarlo en la cama, dió un pequeño resbalón entre sus manos. Paralelamente, a la pequeña, en la otra habitación, se le desliza el objeto de los dedos y hubiese caído en su rostro, de no ser porque un milagro ocurrió: FLOTABA, la pieza literalmente comenzó a flotar en el aire frente a sus ojos asombradísimos.

- Mamá, yo no entiendo muy bien que es lo que quieres que haga.

- Lo sabrás a su debido tiempo... ay!

Un ataque le sobrevino repentinamente... comenzó a ahogarse y a toser. La pequeña hermanita se había levantado, aún boquiabierta, y acercaba lentamente su manita derecha para acariciar la pieza flotante, que ahora comenzaba a brillar, con un leve resplandor argenta.

- ¡Mamá! ¡No! - Kei, asustado y apunto de romper en llanto y en desesperación, la sentaba y ayudaba a respirar, lo cual era cada vez más difícil. - ¡Resiste!

Y de pronto, justo en el momento en que el muchacho mira al techo en busca de ayuda milagrosa, ocurren tres cosas. La pequeña Nanase toca con su índice el brillante metal, la madre de los chicos da un largo y aspirado estertor y Kei grita "¡Nanase!".

La mujer cae inconciente en los brazos de su hijo, y el objeto deja de brillar callndoe en la cama al momento que la pequeña sale corriendo de la habitación, atendiendo al llamado de su hermano.

domingo, 24 de junio de 2007

Bunos Track

Wenas, hace bastante que no escribo la continuación de la historia… no se preocupen… pronto… pronto… pero por ahora… uno de los cuentos que estoy preparando… espero que les gusten



SI, NO, TAL VEZ

Dedicado a mi muza
por todos esos momentos
vividos y por vivir.


Era víspera de navidad, cada rincón del Campus se encontraba desolado, uno que otro individuo podríamos observar a sus alrededores; la mayoría, auxiliares encargados del aseo y seguridad.

Pero una figura contrasta con todo el ambiente descrito, caminaba como ido en sus pensamientos mientras avanzaba cada paso; en tiempos aleatorios se detenía para contemplar lo que tuviera en su contorno.

Así paso largo tiempo, de pronto, pareciera que sale del trance y rápidamente empuja un poco su manga para poder apreciar la hora. Da media vuelta dirigiéndose al Cristo de la entrada. Todavía no había llegado.

Los minutos pasaban y cada vez la ansiedad aumentaba, perdí la cuenta de los viajes que hizo entre la entrada al edificio San Agustín, Informaciones y el Cristo. A ratos contemplaba los afiches pegados en el mural, pero no lograba enfocar su atención a éstos; definitivamente tenía la mente en otra parte.

La ansiedad poco a poco se fue transformando en desilusión. De repente siente que una mano se posa sobre su hombro, de un salto da media vuelta.

Ahí estaba, justo en frente se encontraba ella; al instante le pareció ver un verdadero ángel, con sus hermosos cabellos que caían por sus hombros. Lucía una boina oscura, con unos blue jeans, pero lo que más resaltaba era esa polera que se ajustaba a su bella figura, esa cintura que muchos días fueron producto de trasnoches, además le resalto de aquella presencia era el collar que viajaba a través de su piel hasta esconderse bajo la camiseta, si bien no se podía apreciar cual era el dije, pero sabía perfectamente cual era el que cargaba, como olvidarlo, si personalmente se lo regaló hace sólo hace un mes, para su cumpleaños; un pequeño delfín de plata bien particularidad, a través de un movimiento específico, pero casi imperceptible se transforma en un porta foto, donde secretamente le había dejado una nota; hasta el momento, al parecer, no se había percatado de su existencia.

Se saludaron cariñosamente, como si no se hayan visto hace mucho, hace ya tres semanas que habían terminado los exámenes

- ¿Como has estado? ¿Qué cuentas? – enunció él como para romper el silencio.

- Bien, bien; con esto de las fiestas he tenido que andar de aquí para allá, casi no he parado tratando de encontrar algún regalo apropiado para mi hermana y mi madre… cachai que ayer me llega y me dice: “Y como vas… mira que yo ya te tengo un bonito regalo...”

- Mish… una "sutil" indirecta – ríe un poco - ¿Y lograste encontrarle algo apropiado?

- Si, una blusa súper hermosa, espero que le guste… aunque si no, me la pongo yo… jojojo… - sonriéndole picarescamente.

- Así si vale… lástima que yo no pueda hacer eso… primero que todo porque me quedaría tipo peto, además se me vería bien una blusita toda ceñida y sexy… ay!!! si!!! – riéndose un rato, ya que él posee una hermana mayor, pero que es unas 3 tallas menor.

- ¡Vamos! – dijo ella con un poco de ansiedad.

- Acompáñame primero a la biblioteca, es que debo entregar unos libros antes de irme.

- Dale, vamos.

De ésta forma fueron andando lentamente por las aceras del Campus con rumbo a humanidades. Dinámicamente charlaron todo el camino, pero, como al principio, su mente viajaba en dirección opuesta a sus pies.

Sentados en una banca justo a un lado del edificio de educación estaban almorzando los sándwich que se les había entregado hace unas horas, era el día de la bienvenida a la universidad; aún no podían asimilar que pudieron entrar, después de todo un año de esfuerzo, por fin podían gozar de los beneficios. Recuerdos como los de clase de lenguaje, donde no existía día alguno en que la profesora no los haya regañado por andar conversando constantemente, o al rendir definitivamente la PSU, donde la encargada creyó que se encontraba en movidas ilícitas, sacando papeles del estuche; siempre estarán en la memoria de ambos, eran hechos realmente inolvidables, que habían marcado una etapa en sus vidas.

Después de haber recorrido todos los stands y participado de las actividades que la universidad había preparado, agotados llegaron a caer en ese rincón, aquella banca que les otorgó un momento de relax para luego reintegrarse a las siguientes dinámicas.

Mientras conversaban él no se percató que su lata de bebida estaba en una posición “peligrosa”, cuando por fin se dio cuenta, ésta ya se había vertido en su pantalón, parecía como si no hubiese alcanzado a llegar al baño. Esto fue producto de bromas por un largo tiempo, pero no de las personas que lo rodeaban, como para producir una vergonzosa humillación; sino que entre ellos mismo eran los que las hacían, él realizaba actuaciones, poniendo cara entre desesperado y apurado… gratos momentos.

- ¿Me estas escuchando? – Dijo ella al notar que su mirada se había quedado fija en el horizonte, como viendo o no la silla frente a él.

- Eh… si, si… claro que te estaba escuchando – sacudiéndose disimuladamente la cabeza, para que no se diera cuenta que realmente estaba en otra parte.

Así continuaron caminando, demorosamente pasaron frente al Hall y por fin llegaban a terreno de humanidades; si bien ya les gustaba este lugar cuando estaban en clases, ahora con ese plus de soledad su belleza era más pura, como que si tantas personas interfirieran con su verdadera hermosura, con el silencio que los rodeaba, lograron apreciar al cien por ciento su contorno, la distribución del pasto, algo que no habían notado antes. Al recorrerlo con la mirada…

Tendidos en el césped, a un rincón del patio, se encontraban con los libros abiertos, “dispuestos” a estudiar.

- ¿A que hora es la prueba? – dijo él sin ganas de levantarse

- A las seis

- Que lata… pero bueno, sigamos. – Dijo, tomando una guía, pero no leyó ni dos líneas y la dejo caer sobre su cara - ¡Que lata!, voy a dormir un rato, esta rico el pasto, ¿dónde, en ingeniería, se encuentra esto?, y que decir de la tranquilidad.

- Si, es muy diferente acá, como si fuera todo más relajado – Dijo la amiga que los acompañaba en aquella oportunidad.

- Y mira – indicando a un perro que se acostó justo a medio metro de su cabeza – donde habías visto un can con este pelaje – haciendo notar que estaba totalmente brillante y de apariencia limpia.

- Cierto, no hay comparación con nuestros quiltritos de ingeniería…

Las risas inmediatamente brotaron

Esto lo hiso reaccionar inmediatamente, una vez más había estado en trance.

- Te acuerdas de ese día – dijo ella con la mirada fija en la pileta ubicada a un costado del auditorio de historia.

- Como olvidarlo, dime tú, ¿a qué ingeniero se le ocurre venir a tirar monedas a la pileta de humanidades, como si fuera la fuente de los deseos?

- Y se te cumplió lo que pediste – mirándolo pícaramente

- Mmm… Verdad es que no me acuerdo lo que desee en aquella ocasión – dijo tratando de eludir la respuesta; la recordaba a la perfección, pero enunciarla hubiera causado un ambiente comprometedor.

El silencio se apodero de ellos, aquel silencio incómodo en el que cada parte espera ansiosamente que el otro diga algo, cualquier cosa, no importa el tema, con tal de salir de aquel estado de incertidumbre.

- Vamos, que después se nos hace tarde

Ella no respondió por lo pronto, solo dio media vuelta y camino en dirección a la biblioteca, él la siguió y continuaron charlando de la vida.

A un costado de la entrada estaba el buzón, donde dejó caer el libro.

- ¿Nos vamos?

- Espérame, quiero sacar otro para las vacaciones.

Pasaron las credenciales por el torniquete de la entrada y dejaron sus bolsos en los casilleros, luego ascendieron al segundo piso, donde se encontraba la novela que él buscaba.

Cada peldaño que pisaba lo hiso estremecer, como si ya hubiera vivido eso.

En una mano llevaba una bolsa negra con galletas y bebida, les había dado hambre así que salió a comprar algo, y al regresar logró colarlas por la entrada.

Al regresar estaban concentradamente estudiando, comentando ejercicios; al verlo llegar se percataron de la exuberante funda que colgaba de su mano.

- Te trajiste el kiosco!!!... – dijo una, mientras se reía de lo que tenía al frente

- No, nada que ver, solo son unas cuantas gallegas y una bebida. Y… ¿cómo van? – refiriéndose a los ejercicios que las había dejado practicando – Supondré que ya los han terminado.

- Si… claro – dijeron a coro de forma irónica.

- Entonces ¿qué estuvieron haciendo todo este rato? – preguntó mientras se sentaba en su puesto, luego prosiguió a abrir uno de los paquetes, dejándolo en el centro para que todos sacaran.

- Nos estábamos preguntando qué onda tu y… tu cachai… - todas con la miradas fijas de forma acosadora.

- ¿Quién? – Sabía muy bien a quien se refiere, pero en estas condiciones era mejor hacerse el loco.

- No te hagas el que no sabes, se te nota demasiado… por lo menos hazlo piola – el interrogatorio continuaba.

- Aaaaah… ella – tratando de hacerse el que no sabía de que hablaban antes. – No nada, que va a pasar.

- Pucha… ponte las pilas… y… ¿Sabe por lo menos?

- Bueno… sí… pero no me ha dicho nada al respecto.

En eso se acerca una de las personas que también se encontraba estudiando en un rincón. Estábamos hablando muy alto, y necesitaba concentrarse, por algo estaba en una biblioteca, así que dejamos el tema a medias y volvimos a nuestros libros en silencio.

- ¿Es éste? – En la mano tenía un libro grueso, de unas 700 páginas.

- Sí ese mismo, ahora si vamos… antes que lleguemos tarde – el comentario anterior lo logró bajarlo de la nube en la que viajaba.

Tomó el libro, lo registró, tomaron sus cosas y salieron de ahí rápidamente. En el camino de vuelta no hubo tiempo para pararse a recordar algo, estaban atrasados, la película empezaría en cinco minutos, por suerte era en el cine que estaba a dos estaciones de ahí. Corrieron ágilmente hasta llegar a la boletería del metro, que para mala suerte él tenía que cargar su pase… llegaron al andén y el tren acababa de arribar.

Después de un rato… por fin llegaron al cine, él compró las entradas y entraron. La película todavía no empezaba, estaban recién en los trailers de los próximos estrenos, se sentaron y comenzaron a observar.

Pasaron unas horas y el films ya había culminado, después de ello estuvieron un rato jugando en las máquinas y comieron algo… el ambiente era genial, risas iban, risas venían, sin lugar a dudas ese día también quedará en la memoria por mucho tiempo más, pero como todas las cosas, llega el final, aquel momento que en situaciones en que lo pasas bien, llega tan rápido… Tomaron el metro, tenían que llegar temprano a sus casas.

- Gracias, lo pasé súper bien – dijo ella mirándolo fijamente, provocando que él se ponga nervioso.

- No hay problema, habrá que repetirlo más seguido…

- Pero claro… oye, no me has contado; y ¿cómo te va con esa niña que te gusta?

No esperaba que se lo preguntara, así tan de repente; los pelos se le erizaron, no sabía que contestar… pero tenía que idear algo, y pronto; su mirada estaba fija en él, la sentía. La sentía como si un gran peso se le haya puesto en la espalda… “Rápido, rápido, el tiempo corre, responde”, se decía tratando de idear algo desesperadamente.

- Soy un cobarde, pensaba declararme hoy, pero al final… - fueron las únicas palabras que su boca logró modular, fue lo primero que se le ocurrió.

- Ah, ¿la viste esta mañana?... mish, te lo traías guardadito

¿Qué podría hacer? Podría seguir mintiendo, y salvar la situación para luego tratar de llevarla por otro camino, o también podría llegar y decírselo de una vez, cual era la diferencia, ¿por qué siempre se hace tan difícil ésta última?…

Esta vez se estaba demorando más de lo esperado, ya ella había comenzado a prepararse para poder bajarse en la siguiente estación, donde vivía a sólo tres cuadras de ahí.

La situación se comenzaba a tornar crítica, estaba contra el reloj, el tren comienza a llegar al andén, estaba frenando… Tenía que tomar una decisión, el tiempo se le acababa, estaba consciente que podría pasar a formar una de las tantas oportunidades que tuvo para decírselo y desaprovecharla una vez más.

Justo cuando se iba a despedir…

- Si… la tengo justo al frente – por fin lo había dicho, mirándola a los ojos.

¿Qué pasaría ahora?, era una de las miles preguntas que daban vueltas por su mente en aquel momento, lo había dicho, ahora solo quedaba esperar el veredicto del jurado.

Se quedó quieta, las puertas se abrieron detrás de ella, no hiso más que salir por ahí, sin despedirse, sin siquiera hacerse la que no había escuchado, simplemente… se fue.

Estaba destrozado, todos sus sueños habían desaparecido, recriminaba el porque tuvo que decirlo en ese momento. Ahora como podrá volver a darle la cara, todo cambiará… Apoyado en la baranda, sentía como si poco a poco comenzaba a hundirse.

- Piiiiiiih!!! – El timbre que indicaba que las puertas se cerrarían, comenzó a sonar; ahora sí que estaba perdido.

Las puertas comenzaron a juntarse, al parecer, a una señorita se le había quedado atrapada su cartera entre las portezuelas. El tren comienza a andar.

Levantó la cabeza, era ella, había regresado; con un ágil movimiento, ella se zafó del pasador de su cartera, dejándolo atrapado, sin importarle en lo más mínimo; se acercó a él, una lágrima corría por la mejilla de ambos y dijo:

- Creí que no era correspondida – Agachando la cabeza de vergüenza

- Tan, tan, tan, taaaan, taaan – Comenzó a sonar la alarma del celular.

Esto lo hiso despertar de una sola tonada, estiró la mano y lo apagó a tientas. Se dejo caer en la almohada… una sonrisa se le dibujó en su cara al recordar lo que había soñado, cada imagen que pasaba por su mente lo hacía más feliz, pero era sólo un sueño, todo era producto de una mala jugada de su mente; de hecho no representaba su actual realidad, sino todo lo contrario. Por cada segundo que lo meditaba, más y más comenzaba a sentirse desanimado… rápidamente los frames del día anterior invadieron sus sentidos…

El grupo se encontraba jugando bolos en el mall cercano a la Universidad, las risas iban y venían; entre los asistentes también se encontraba el pololo de una de ellas, y estaba causando sensación el hecho de que lleve cinco chuzas!!!... “pobre de ella”… decían y comenzaban las carcajadas.

En un rincón, aislados de la tropa, estaban los dos conversando… él le dio muchas vueltas al asunto, paso de rama en rama tratando de buscar una salida por alguna parte, estaba a punto de decirle que le gustaba, que todo el tiempo que han convivido han sido los minutos más maravillosos de su existencia. Había estado horas tras horas, pensando cómo se lo podría decir; algunos amigos le aconsejaban que un día se la rapte y le de un beso, si reacciona bien, felices ambos; en caso contrario, saliste de la duda… Era una solución drástica, además no le agradaba la idea de pasarla a llevar; así que decidió quedarse con la antigua medida; pero lamentablemente no resulto lo que él esperaba, solo recibió un: “Lo siento, en estos momentos me gusta alguien más y no podría engañarte así…” parte de él comprendía a la perfección lo que quería decir aquellas palas, pero la otra se rehusaba a perder esa ilusión… al final terminaron despidiéndose y cada cual se fue por su lado… él, en cambio, prefirió quedarse dando vueltas, meditando un rato antes de llegar a su hogar, debía cambiar la cara antes de hacerlo…

Aquella frase le siguió dando vueltas… no hallaba la forma de sacársela de la mente. Se echó nuevamente en la cama, cerró los ojos tratando de dormir, pero las imágenes volvían rápidamente, trató de cubrirse con una almohada; intentando, figurativamente, de escapar de su propia conciencia, como era de esperar, no lo logró.

Entre tanto, no se percató que algo había golpeado a su ventana, ventana ubicada en el tercer piso del edificio, es decir, no llegó por simple casualidad.

Toc!!!. Volvió a sonar el vidrio, esta vez parecía que la piedra fue un poco más grande, ya que logró hacer sonar todo el ventanal…

Él, extrañado, se incorpora de su cama, corriendo la cortina y dejando a la vista una pequeña figura, no lograba distinguir nada… Rápidamente, busca sus lentes y se volvió a asomar; no podía creer lo que sus ojos veían… Era ella




domingo, 13 de mayo de 2007

Capítulo IV

Los días, semanas, meses y años pasaron, poco a poco la gente comenzó a olvidar aquél día en que todo ocurrió hasta que una mañana…

Amaneció temprano, más temprano de lo habitual, tipo dos horas antes… los noticiarios matutinos lo hicieron ver como un fenómeno natural, pero algo estaba ocurriendo, eso fue lo que se dijo el viejo.

En el mercado todos quedaron asombrados que por primera vez el viejo no había instalado su puesto, a pesar de todo, el espacio para este estaba intacto; los demás comerciantes se peleaban el resto de los lugares, pero nadie se atrevía a ocupar aquél lugar; algunos podría decir que es por respeto a los años, otros que el viejo les de pavor, los más osados se arriesgan pronunciando que esta maldito, y los supuestamente compasivos, les da pena que no venda nada, por ello se lo reservan; sea cual sea la razón, ahí estaba el espacio listo para ser ocupado por anciano.

Al otro lado de la ciudad una figura esquelética se movía de un lugar a otro, como buscando algo… dejó su casa patas para arriba… bueno si se puede llamar casa, era una habitación cuya pared más decente era de una madera apolillada, las demás, ciesque se les puede llamar paredes, eran cerros de cachureos amontonados; entre lavadoras, cocinas, refrigeradores, partes de autos, palos viejos, etc… todo componía este muro. Los vecinos del lugar trataron de ayudarlo así que hicieron una colecta y le donaron planchas de Zinc, con las cuales pudo hacer su techo; pero igual se llueve en el invierno…

Escarbando entre los escombros, logró encontrar una marca… por fin, ahí se encontraba lo que tanto anhelaba… comenzó a retirar todos los cachureos que lo cubrían… al principio se hacía visto solo una pequeña marca de unos veinte centímetros cuadrados, pero poco a poco esta se iba descubriendo y cada vez se hacía más grande, el viejo siguió retirando cosas hasta descubrir unos dos metros cuadrados, pero las inscripciones continuaban bajo estos, quien sabe hasta donde.

El anciano se aleja nuevamente, desesperadamente escarba en otra pila cercana a la anterior… al parecer sin resultados, camina tres metros y vuelve a escarbar, por fin entre tantos cachureos encontró algo útil… una pala…

Corriendo hacia la marca, casi tropieza, pero logra aferrarse a tiempo de una estructura cercana, que le permite un poco de equilibrio para seguir… comienza a excavar un poco… avanza unos cuentos centímetros y la punta de la pala coca tajantemente con algo duro… ahí estaba, se dijo… raudamente se arrodilla y comienza a escarbar con sus manos, de lentamente va apareciendo lo que podría parecerse a un alijo, pero era un poco mas especial y extraño…

Saca la caja de su escondite… tenía un gran parecido con la que había intercambiado por la manta hace unos años atrás, solo que daba la impresión que todo estaba al revés, como que si las inscripciones se leyeran de atrás para delante… al verlo daba una sensación de confusión, intranquilidad, desconcierto, etc…

En ese momento la ciudad se cubre de oscuridad, los cielos se llenan de nubes rojizas… todas las personas se inmovilizaron al ver tal suceso, los automóviles se detuvieron en las autopistas, sólo para bajarse y poder apreciar tal acontecimiento tan extraño…

Lógicamente comenzaron a ocurrir un sin número de accidentes en las calles, gente que se detenía a observar a mitad de la calle terminó tres cuadras mas allá al ser arrolladas… los mismísimos autos que nombré que detuvieron en las autopistas, ni bien lograron abrir la puerta y ocurría un choque múltiple… la cuidad en pocos segundos cayó en el caos, se produjeron incendios y saqueos en cada esquina, las personas entraron en pánico, al temor de una supuesta llegada del fin del mundo; teorías de la llegada del Anti-Cristo y del Apocalipsis abundaban por las calles; entre tanta discordia y confusión pocos lograron fijarse en lo que acontecía en el cielo, las nubes comenzaron como a condensarse en un solo punto… Poco a poco se fueron difuminando en el habiente quedando sólo un punto en el horizonte… éste cada vez se hacía mas pequeño y comenzaba a descender…

Toda la gente estaba desconcertada de lo que había ocurrido, la ciudad estaba patas para arriba, no sabían que hacer… en algunos locales de electrónica las personas se comenzaron a amontonar para ver que decían los noticieros, según informaba era solo un efecto natural de los gases de invernadero.

- Que efecto natural!!!... estos tipos nos quieren ver la cara… no podemos aceptar estos atropellos…

- Deben de ser los experimentos que hacen en sus laboratorios… dicen que son para salvar la humanidad pero nos terminaran exterminando… es cosa de observar lo que aconteció en este ratito

La gente gritaba y discutía, la mayoría en contra del gobierno y sus experimentos, los pocos que los defendían terminaron golpeados en el mínimo de los casos, algunos incluso con hierros atravesados de lado a lado… me recuerda a aquella época que nadie sabe si eran puros mitos o acaso existieron en los que empalaban a la gente como forma de tortura…

La fuerza policial logró controlar la situación, poco a poco la gente se fue a sus casas para ver como estaban sus seres queridos…

Mientras tanto… una silueta estaba corriendo de lado a lado… una escena que nunca nadie se habría imaginado en sus más peladores pensamientos estaba ocurriendo… el anciano estaba buscando a auto en auto uno que pudiera conducir… por fin unos descuidados habían dejado las llaves adentro, no le fue complicado incorporarse en éste para luego comenzar a andar… llevaba más de 30años sin conducir uno y ahora habían salido unos nuevos modelos con turbo propulsión que prácticamente se manejaban solos, por suerte tenían integrados un piloto automático que reduce la posibilidad de accidentes considerablemente, pero el pobre viejo no sabía nada de eso, le toco aferrarse el cinturón y tratar de encenderlo; al parecer tuvo suerte, todavía los autos se manejaba de la misma manera que hace treinta años, lo único que cambiaba era los accesorios que tenían… eran mucho más sofisticados…

Parte el motor y logra divisar a su espalda una luz brillante que cubría toda la cuadra, esta desapareció después de unos segundos, junto con todos los escombros que armaban su supuesto hogar, además de todas las casas aledañas que habían sido cubiertas con tal haz, esto dejó en evidencia la gigantesca inscripción de donde había sacado hace unos minutos la caja que llevaba a su lado… Desesperadamente intenta salir de la ciudad…

Desde el otro lado de ésta comienza a templar, a nadie le extraño que después de tal suceso extraño, ahora halla un terremoto, todos trataron de aferrarse a lo que encontraban… notaron que algo estaba ocurriendo… las calles comenzaron a trizarse y luego a hundirse… en eso, como si algo anduviese por abajo, se levanta sorpresivamente elevando pedazos de cemento sintético hacia todas partes… muchos de éstos terminaron cayendo en otras construcciones aledañas o simplemente aplastando directamente a la gente; definitivamente la ciudad estaba viviendo un momento de caos incontrolable…

Todo el mundo aseguraba haber visto pasar algo subterráneamente, al parecer se dirigía al otro lado de la ciudad…

El anciano desesperadamente agarra la máxima velocidad que aceptada el vehículo, y lógicamente, lo que él mismo soportaba… no sería útil en su propósito si llegaba a morir. En eso algo emerge de la tierra y le bloquea el camino, haciendo una maniobra audaz y desesperada a la vez, logra esquivarlo, pero estos se iban repitiendo uno tras otro, sabía que el fin estaba cerca, pero él lucharía; en eso, cocha directamente con uno de estos, ahora podía ver lo que realmente estaba pasando:

- ¿Dónde esta?

Se encontraba en estos momentos colgando por el cuello de la mano de un ser realmente de temer… este era enorme en comparación de su esquelética figura, su piel era seca parecidas a las escamas de los lagartos, solo que estos tenían mas apariencia de roca, su cara era realmente atroz, los gestos (si se les puede llamar así), daban ganas de salir corriendo inmediatamente, tratada de modular palabras, pero cada vez que lo hacía tenía que deformarla de tal manera que dejaba de ser cara y parecía cualquier cosa menos eso…

Aquella escena era digna de una película de ciencia ficción…

- No se de que hablas.

- Sabes exactamente a lo que me refiero.

- Soy solo un viejo… Auxilio… Socorro… (tratando de aparentar ser común)

Los daños provocados aquel día fueron devastadores… la gente simplemente no podía creer que halla ocurrido tanto en tan solo unos segundos… toda una vida de trabajo para sacar adelante una ciudad había quedado en la ruina…

A un lado podía observar una mano sangrando, inmóvil, al parecer los escombros que le habían precipitado le habían quitado la vida al pobre anciano.

- Por fin aquí esta… esto fue muy fácil…

Al pasar la mano sobre la caja esta comienza a brillar incesantemente, a unos kilómetros de ahí se logra divisar claramente otro resplandor, en eso una luz desde éste se precipita a la caja abriéndola, pero…

To Be Continued…

domingo, 6 de mayo de 2007

Postergación Publiocación Cap 4

Lo siento, pero me ha sido realmente imposible comenzar a escribir el cap 4... lo haré este jueves, así que tengan paciencia. Y claramente se mantiene el cap 5 para este sábado...

domingo, 29 de abril de 2007

Capítulo III

7 a.m., se escucha a lo lejos sonar el despertado, estira la mano tratando de buscar donde está, siguiendo solo el sonido intenta tomarlo, no lo encuentra; abre un ojo, levanta un poco la cabeza y logra divisar en sobre el estante a más de 5 metros de la cama el origen del sonido…

Se deja caer pesadamente sobre la almohada, no soporta ya el sonido, sabe que debe comenzar su día, pero que no haría por que dejar de sonar!!!... pasaron unos segundos y ya no logra escuchar nada, que será?... alguien lo habrá apagado?... es lo único que le pasa por la mente en esos momentos… así que vuelve a alzar la cabeza, frente al él se encuentra su hermana parada al lado de la cama. Todo se resuelve para él.

Lentamente se sienta en el borde y estirándose un poco pronuncia:

- Gracias por apagar el despertador, me estaba enloqueciendo. – pero nota que éste ya no se encuentra sobre el escritorio como lo había visto recientemente.

- ¿Qué despertador?, nosotros nunca hemos tenido un despertador!!..

Las palabras de su hermana le comenzaron a dar vueltas en la cabeza, es cierto, ellos nunca han tenido necesidad de comprar uno, bastaba con el abrumado ruido del tren de las 7:30 que pasaba todos los días.

Entonces que era eso que había visto y escuchado, acaso estaba soñando, o el cansancio del día anterior le había jugado una mala pasada.

De hecho ahora que lo piensa, no recuerda como había llegado a su cama, a esa cama!!... todo era diferente…

Enloquecidamente comienza a recorrer su casa, tenía todo la apariencia de haber sido remodelada, claramente no mucho, sino que había algunas cosas nuevas. Aquel reloj roñoso de la pared de la sala ya no estaba, en su lugar uno que realmente daba la hora exacta, se movía con precisión. Sobre la mesa del comedor lucían unas lindas rozas azules.

Realmente estaba confundido

Su hermana lo venía siguiendo durante todo su paseo por la sala.

- Que te pasa?, te levantaste como desorientado

Da media vuelta y la ve, no era la misma chica, bueno, si lo era, pero no podía ser, ella se veía más grande, como si hubiese pasado un año o más.

Qué estaba pasando… salió corriendo de su casa… todo a su alrededor seguía igual como lo conocía… nada había cambiado, esto le brindó un poco más de serenidad.

Trató de tranquilizarse, caminó unas cuantas cuadras, llega a la plaza que se encontraba cercana, esta no estaba tan cuidada, solo habían unos cuantos cuadritos de pasto, dos árboles en las esquinas, unos juego todos oxidados, donde los niños jugaban y éstos rechinaban estruendosamente y a un lado un terreno baldío donde se juntaban un grupo de jóvenes a chutear el balón o tirar unas cestas, él se junto con estas personas, recuerda que ellos fueron los causantes de la quema del negocio del pobre tío Pedro, un señor totalmente esforzado, pero éstos malandros por andar jugando con petardos en año nuevo, uno de estos cae a su local y comienza la catástrofe… todo se perdió, de hecho tuvo que comenzar de nuevo, pero no ha podido recuperar la totalidad de su local, como lo tenía antes.

Decidió seguir de lago, continuar su camino para no toparse con esta gente.

- Kei, vienes a jugar!!! – uno del grupo grito al verlo cruzar la calle.

- Qué está pasando?, por qué osan en llamarme, yo nunca les he dirigido la palabra y menos aún dicho mi nombre - pensaba mientras veía que uno del grupo se acercaba ágilmente hacia él

- Vamos Kei, todavía no empezamos, te estábamos esperando.

Pone su mano en hombro y lo comienza a encaminar hacia la cancha.

Kei estaba anonadado, no sabia que hacer, darle un puñetazo y salir corriendo, o seguirles el juego, estaba totalmente desorientado.

Movía la cabeza de un lado hacia el otro, trataba de de zafarse de que lo llevaran, pero el tipo era muy insistente.

En eso ve a lo lejos que un hombre se les acerca, era don Pedro, pero algo no andaba bien, este venía caminando tranquilamente, en eso se saludo con unos de los integrantes del grupo…

- Yapo’ y vamos a comenzar o no? – Dice el dueño del local

- Al tiro, pero ni crea que esta vez lo dejaremos ganar

El caballero, lucía vestimenta deportiva, como preparado para una ardua actividad física, algo no les cuadraba en esta cuadro a Kei…

A su al rededor estaba ocurriendo algo muy extraño.

- Vamos Kei, comencemos – le dijo el Sr. Pedro

Le lanza la pelota y le cae en toda la cara, lo tira quedando inconciente en el suelo, cuando despierta estaba rodeado de todo el grupo, ya su madre y su hermana había llegado al lugar.

Su madre!!!... estaba a su lado cuidando de él…

No lo podía creer, lucía una apariencia realmente alucinante, pareciera que estuviera trabajando en una gran firma, pero lo que más le asombraba era el hecho que estaba a su lado cuidando de él.

La última vez que la vio (supuestamente ayer), estaba postrada a la cama, el doctor no le había dado más de tres meses de vida y sin posibilidades que se levantara, pero mírenla, estaba delante de él arrodillada cuidándolo. Era un hecho realmente increíble.

No aguantó las ganas y se levanto rápidamente y la abrazó… lágrimas corrieron por sus mejillas hasta llegar al suelo, era algo como un sueño hecho realidad.

Pasaron mucho tiempo en esa posición, todos los que lo rodeaban estaban enrarecidos por la forma en que se estaba comportando Kei en ese día.

Luego de varios minutos, él la queda mirando y ella lo ayuda a levantarse.

Se despiden del resto.

Alejándose de la multitud, Kei iba abrazando fuertemente a su madre y a su hermana, no quería que este sueño terminase.

A sólo una cuadra de su casa (ya se puede divisar en el fondo), su madre recuerda que no ha comprado el pan.

- Por favor Kei, anda donde don Pedro y tráeme unos 6 panes.

El no quería alejarse de su madre, pero la dulzora de sus ojos no le permitió negarse.

Se regresó, caminó unos cuantos paso, cuando en eso escucha al tren de las 4 p.m. acercarse raudamente, estremeciendo todo lo que tiene a su alrededor.

Voltea a ver, venía balanceando se de un lado a otro, le pareció extraño, en eso nota que ésta se descarrila. Fuera de las vías va despedazando cada casa que se le cruza por el camino, en eso nota que su madre van entrando a su casa y el tren a unos pocos metros de ésta.

- Madre!!!... cuidado!!!... Sal de ahí

Ella, voltea logrando ver a su hijo corriendo desesperadamente hacia ella, no sabía lo que le quería comunicar, pero la expresión de sus ojos la hizo preocuparse, en eso nota que el tren se acerca.

El aparato no logró detenerse, despedazando toda su casa.

- Mama!!!... Hermana!!!!... nooooooooooooooooooo!!!

Se abalanza desesperadamente hacia delante cayendo precipitadamente al suelo.

Se encontraba en medio de su cuarto, con la mano estirada como sosteniendo algo.

Excitado por lo que acababa de vivir, trata de sobreponerse, se levanta y nota que de su mano cuelga el objeto que había encontrado.

To be continued

domingo, 22 de abril de 2007

Capítulo II

Una mañana nublada como cualquier otra, ya eran las 7a.m. y todo el mundo se encontraba trabajando, al caminar por las calles de aquella ciudad ya estaban establecidos lo puestos que mas tarde comenzarían a ofrecer un sin número de productos.

Podemos observar personas acomodando sus objetos de la forma mas atrayente para el ojo de los compradores, comenzaban a limpiar todo, no paso ni 30 minutos y ya estaba lleno de gente queriendo consumir, la mayoría empleados, tratando de conseguir lo mejor para quedar bien con sus patrones… tratando de mantener sus trabajos con su esfuerzo…

Entre estas calles adoquinadas, en medio de la gran ciudad de Beijing, podemos apreciar algo inusual… de los más de mil puestos que constituían el mercado, sólo uno estaba siempre vacío, lo extraño es que nadie recordaba desde cuando estaba ahí, cuando llegó… quién era?... nadie sabía nada del dueño de ese puesto, de hecho a los niños les prohibían que se acercaran ahí… según decían se trataba de un lunático exotérico, pero si uno es objetivo y lo viera detenidamente, era una persona común y corriente.

Lo único rato era su especial rutina, todos los días a las 7:33a.m. preparaba su puesto en la misma esquina, mientras que los otros comerciantes se paliaban un puesto, nadie se metía con él, era el más viejo de todos, no conversaba con nadie y no tenía necesidad de hacerlo. Instalaba todos sus objetos a la venta, pero al terminar el día todos seguían ahí, hay veces que las personas se acercaban a comprarle algo, ya que les parecían bonitos los objetos raros que tenía colgando en uno de sus estantes, pero él siempre se negaba, pasaron años y él siempre decir: “Esto no te pertenece, su dueño vendrá pronto”… a lo que los clientes les parecía raro y no volvían más.

Pasó el tiempo y el puesto seguía intacto, hasta que ocurrió lo que nunca nadie de imaginaba. Vendió algo.

Era un 20 de Abril, estaba lloviendo y el mercado estaba lleno como siempre, a nadie le importaba mojarse, solo hacían las compras mas rápido, era la única diferencia; en eso van caminado una familia con una actitud extraña, como su estuvieran escapando de algo, miraban hacia todos lados como si los estuviesen constantemente vigilando, hicieron sus compras de víveres ágilmente, en eso cuando pasaron al lado del puesto del viejo, éste pronuncio unas palabras: “Acérquense a ver…”, los dueños de los puestos aledaños, quedaron petrificados, al anciano estaba promocionando sus productos, algo nunca antes visto, por lo menos en el tiempo que llevaban ahí. Llegaron a creer que estaba con problemas económicos, pero inmediatamente se dieron cuentas que era algo más que eso… no lo vendió, se encargo de regalarlo

Los posibles clientes, estaban confundidos, por qué tendrían que llevarse algo de ese puesto, todos los objetos parecían adornos; en estos momentos estaban pasando por una crisis que nadie se imaginaba, de hecho cualquier comerciante los habría dejado pasar sólo al ver como estaban vestidos; el caballero lucía un chal todo roído y sucio que iba arrastrando por todo el mercado, sus pantalones no se quedaban atrás, unos blue jeans de los años 2000, todos pasados de moda, se notaban que los había conseguido en alguna barata por ahí, los zapatos lucían un desgaste importante, gritaban ser cambiados inmediatamente. Su mujer no se quedaba atrás, estaba lloviendo, y lucía una falda larga tipo onda disco y un sweater donde las polillas habían hecho de las suyas… De los tres, el único que estaba acorde al período que estaban viviendo, era el niño que la mujer llevaba en brazos.

El viejo les insistió tanto que no pudieron rehusarse a por lo menos ver lo que les estaba ofreciendo, sabían muy bien que no podían adquirir algo, pero la apariencia del viejo les hizo acercarse.

Las gustaron varias cosas, pero extrañamente el viejo se seguía rehusando a que se lo lleven, hasta el momento se había paralizado el comercio a la periferia de este local, todos querían ver que estaba pasando… no podían creer que el anciano halla llamado a alguien para que compre, al ver que todo seguí igual (se negaba a que se llevaran algo), poco a poco la gente daba media vuelta, pero en eso dice: “Que le parece esto”, ofreciéndoles un alijo cerrado, tenía unas hermosas incrustaciones en oro grabado; al escuchar eso, todo el mundo regreso a sus puestos, cada vez se acumulaban más personas, de hecho tuvo que llegar la fuerza pública al lugar.

La familia estaba extrañada con todas las personas que lo rodeaban, de hecho se comenzaron aponer nerviosos al ver que las autoridades se acercaban, pero estaban perdido, no tenían don de correr, por donde veían había gente observando lo que pasaba.

Ellos no podían llevarse lo que el anciano les estaba ofreciendo, con duras penas pudieron adquirir unos cuantos víveres para el viaje que les esperaba. Pero el longevo insistía tanto que no sabían que hacer; la mujer se empezó a desesperar, con miedo que perdieran sus “pasajes”, trató de apurarlos, en eso el viejo les hace una oferta, les propones intercambiar su artículo por el chal que cargaba el caballero; todo el mundo a su alrededor les pareció extremadamente extraño, el viejo esta decidido a que se llevaran los alijos. Nos les quedó más que aceptar, estaban contra el tiempo, y notaban que era la única forma para que el abuelo quedara tranquilo.

Hicieron el intercambio y salieron de ahí, las personas alrededor estaban tan asombrados por lo que habían observado que no atinaron a hacer nada mas que abrirse y dar espacio para que pasaran, nadie los siguió, ni ellos miraron para atrás, solo salieron raudamente de ahí.

Los espectadores poco a poco regresaron a sus actividades, las fuerzas policiales no tuvieron necesidad de llegar a la violencia, civilizadamente, lograron poner orden…

Interrogaron a varios testigos, incluyendo al anciano, tomaron nota, y se fueron.

Después de estos nunca más se le vio vender algo, o regalarlo… sólo otro hecho especial por ahí.

De aquella familia, los testigos, no los volvieron a ver, pero estaban seguros que no sería por mucho, lo único que les intrigaba era que contenía aquel alijo que se les fue otorgado. Varios curiosos no hallaron nada mejor que preguntarle al único testigo de éste, el viejo, pero éste lo único que contestaba era: “Algo que les pertenecía…”

To be Continued

PD: recuerden pasar a llenar el libro de visitas de cada capítulo, comenten!!!... de esa manera me encargaré de mantener el ritmo de las publicaciones.

viernes, 13 de abril de 2007

Capítulo I

13 de Noviembre del 2045... fecha que la humanidad nunca olvidará, sobre todo cuando lanzan sus últimas palabras... muchos científicos idealistas investigaban la forma para retornar a dicho suceso e impedir su nacimiento...
En 2040, Chile, como potencia mundial, comienza un proyecto de generadores autónomos del "ínter espacio terrestre", de producción de energía infinita, pero nunca imaginaron que dichas investigaciones los llevarían a crear un ser artificial, que controlara absolutamente todos sus actos... pero lamentablemente para la humanidad, el prototipo fracasó, entró en un descontrol total, ideas contradictorias de la historia lo llevaron a la confusión, concluyendo por destruir la mitad del mundo que conocíamos en los años 40'...
K.E.I. tres letras que quedarían teñidas de rojo en la historia...
- Oye... que estas haciendo!!!!...
- Solo estaba comenzando este relato... no te enojes... me quedó estupendo...
- Dejadme ver... mmm...
Pero si esto es una porquería... no refleja nada del mundo que cree...
- Pero si mi historia es muy fome...
- Cuando se ha visto que un personaje... producto de mi imaginación, se rehúse a ser narrado!!!... contaré tu historia y punto
- Que eres jodido... no se puede conversar contigo...
- Ya... déjame trabajar... ahora métete a mi mente y sal de aquí...
- Así nos vamos!!!... te estaré observando!!!... [Se desvanece]
- Bueno en que iba... tendré que comenzar todo de nuevo... comencemos por deshacernos de esto...

13 de Noviembre del 2045... fecha que la humanidad jamás olvidará... la persona más especial, nace... una persona totalmente impredecible, uno no se podría imaginar con que cosa nueva saldrá... pero no saco nada describiéndoselas, mejor se las presento...
Su nombre es Kei, hijo de una familia oriental. A los 3 años producto del trabajo de su padre, su integridad física se ve en peligro, teniendo que escapar al último rincón de la Tierra... Chile...
Un lugar plácido, donde se estableció con su madre y su hermana que venía en camino. No le fue complicado acostumbrarse a la cultura local, pero ya es adolescente y esta sufriendo ciertos cambios... pero no como todos los demás niños, no tienen nada que ver con su estructura física, sino con otros detalles...
No se caracterizaba por ser un niño devoto a la religión, pero de vez en cuando acompañaba a su madre a la iglesia, aquí partió todo, un día como cualquier otro; se encontraba arrodillado frente al atar del Cristo de Mayo, pidiéndole por la salud de su madre, que por cierto hace ha dos años estaba sufriendo de progresivos ataques de fatiga, habiendo semanas en las que no se alejaba de la cama.
En eso escucha un ruido, unas risas de rodean el ambiente, como que si un par de niños corrieran entre los santos jugando a las escondidas. Voltea a verlos, pero no observa nada, ni niños, ni personas [salvo su madre que se encontraba a su lado], ni nada; llegó a la conclusión que sólo era parte de su imaginación... pero inmediatamente vuelve a oírlos; esta vez se levanta y sale en su búsqueda, recorre con la mirada cara rincón del lugar, pero retorna a su asiento sin explicación sobre lo sucedido.
Nuevamente llegó a creer que su mente le estaba jugando una mala pasado, quizás sean las horas en vela que a pasado últimamente al lado de su progenitora, "el cansancio", se repetía una y otra vez al salir del lugar...
Pasaron los días y semanas, logrando olvidar lo acontecido en aquella ocasión, a la siguiente vez, borrado de su mente aquel momento, sigue la rutina de siempre, pero apenas pone sus rodillas en el piso, escucha como si alguien deslizara un metal por el suelo, como si fueran unas llaves desplazándose por las baldosas del lugar, trato de localizar con su oído el lugar, pero no vio nada.
Alza la cabeza, nota un objeto como si tuviese mas de 1000 años, lo recogió, pensando que podría habérsele caído a alguien lo deja en las oficinas de la capilla y se marcha.
Al abrir la puerta de su rústica casa, camina por el pasillo sin notar que algo hay botado en el suelo… lo sale a recibir su hermana pequeña.

- Me trajiste algo!!! – saltando por toda la casa alrededor de él mientras que se desplaza por la habitación.

- Mmm… déjame ver – buscando entre sus pertenencias, logra encontrar el dulce que le habían obsequiado en la tienda – mish… mira lo que encontré… - dándoselo en la mano.

- Ehhhhhhhhhh!!!... tengo un ½ hora… gracias Kei!!!

Oyep… qué es eso?... – indicando algo que brillaba al otro lado del pasillo.

Se acerca y nota que era exactamente el mismo objeto que había dejado en aquella oficina, esta mañana.

- Qué extraño. Estoy seguro que lo dejé a esa persona… qué hace aquí, a mitad de mi pasillo. – Se agacha a recogerlo, pero… - Aaah!!!... maldición – aquel extraño cuerpo le había causado una horrible herida en la palma de su mano.

- Qué pasó hermanito

- No lo se

En eso su hermana curiosamente se agacha a recogerlo, en un intento de imitar a Kei

- Noooo!!!...

Se abalanzó sobre ella tratando de impedir que se hiriera… Ruedan por unos metros… el ambiente estaba lleno de confusión.

- Auch… hermano, que haces?

- Estas bien?

- Si, pero me duele todo el cuerpo…

Trató de buscar por todos lados el objeto, pero no lo ve… en eso nota la punta de éste sobresaliendo de la mano de su hermana, al parecer, había logrado tomarlo antes de que la tacleara…

- Déjame ver eso… - Indicándole su mano.

Nanase extiende su pequeña mano, mostrándole inmediatamente la extraña cosa.

Lo raro fue que no había ninguna incisión, al parecer no le había causado nada, pero al intentar tomarlo tiende a moverse y cae al suelo…

- Qué será?

- Por qué tanto misterio?... tu lo trajiste, debería saberlo.

- Yo no lo traje, pero no te puedo negar que ya lo había visto antes…

Corrió a la cocina y trajo un paño, esta vez, al tomarlo no sucedió nada, al parecer no tenía nada de especial, era sólo un cuadrado metálico, esta vez logró apreciar los grabados que poseía. No comprendía muy bien lo que estaba pasando, pero le parecía que ese momento ya lo había vivido antes, sentía que ese objeto le pertenecía hace mucho tiempo.

To be continued

Prólogo

Abril del 2007, un período de conflicto entre el gobierno y el pueblo...
Un sin número de proyectos a medio hacer han provocado alzamientos en muchas partes de Santiago... A los típicos manifestante se les han unido estudiantes [para variar...], inclusive ancianos...
Una época en que todo esta patas para arriba, pero en un sector alejado de estas manifestaciones se encuentra la "U"... un lugar que a pesar que no se encuentra en la periferia, es mundo aparte a Santiago... cuando alguien entra ahí... se desconecta al cien por ciento de los sucesos aledaños... Ese es el caso de Jagalleg, nuestro autor, quien debido actividades que debe cumplir en esta sede, ha decidido desestresarse un poco, inventando una pequeña historia...
Mezcla de ocio y cuasi tiempo libre, ha ideado a Kei, un personaje "especial", quien con una mezcla de imaginación y locura, va a tener que pasar por mucho dilemas, intrigas, romances, pruebas que le pondrá el destino en su desarrollo...
The Kei's History es una historia didáctica, donde los lectores cada semana podrán comentar el transcurso de la trama... y estas serán escuchadas por Jagalleg, y tomadas en cuenta para la siguiente entrega...
Aquí damos inicio a esta narración... espero que les guste...

Jagalleg

jueves, 12 de abril de 2007

El inicio de una gran historia

Wenas... he decidido comenzar un nuevo blog... les cuento de que se trata esto... narraré la historia de Kei... un niño como cualquier otro... solo por algunos hecho que pueden dejar que decear... será una mezcla de realismo, mamonismo, fantasía, ficción... etc... todo una gran mezcolanza... vamos a ver que sale...
Tengo programado cada semana subir un capítulo nuevo... con un tema principal, pero que se irá cultivando lentamente... vamos a ver cuanto podré extender su historia... xD...
Así que, doy inicio a este libro... espero que les llegue a gustar...